El equipo de forenses de Taylor acude a recoger muestras de un cadáver aparecido en el escenario de un robo perpetrado por la banda más chic del estado: "La banda de James Bond", un clan de malhechores que dispone de la más alta tecnología para encontrar grietas en las redes Bluetooth e infiltrarse en las cuentas y discos duros de las personas más influyentes de la ciudad. Los ladrones son tan sofisticados que incluso disponen de un vehículo "customizado" para huir de la policía.