Gibbs viaja a México para enfrentarse a sus fantasmas y tomar una difícil decisión respecto a lo que pasó años atrás allí. Esta determinación pondrá en peligro su vida y las relaciones diplomáticas entre ambos países. El director Leon Vance no está dispuesto a que Jethro se tome la justicia por su mano y decide intervenir. Mientras el tiempo pasa, Gibbs es retenido por Jason Paul Dean, uno de los secuaces de Paloma Reynosa, la jefa de uno de los cárteles mejicanos más importantes e hija del hombre al que Gibbs mató hace mucho tiempo. Paloma quiere venganza, pero Gibbs no se lo pondrá nada fácil. Mientras, Alejandro Rivera, el responsable de justicia mejicano, presiona al NCIS para recibir un informe que destaparía la verdad sobre el caso.