Un marine es asesinado mientras hacía deporte. El crimen destapa a su vez otro asesinato, el de un testigo protegido del FBI. Poco después, el incendio intencionado de una empresa en el que mueren casi todos sus empleados deja al descubierto la relación que existe entre los sucesos. Uno de los supervivientes del incendio es Susan Grady, la encargada de realizar las pruebas del polígrafo en el NCIS. La mujer es interrogada por su amor platónico, McGee, que descubre que Susan trabajaba también para la otra empresa y manejaba información confidencial. El equipo sospecha que tuvo algo que ver en lo ocurrido e investiga sus últimos pasos.