La muerte de un agente del NCIS sorprende a Abby, que mantenía una relación de amistad con la víctima. Esto servirá de ayuda a los investigadores, ya que el agente envió a la experta un misterioso cuadro antes de morir. La búsqueda de la pintora de la obra lleva a Gibbs y a DiNozzo a adentrarse en el desierto, donde descubrirán que uno de los testigos del caso ha actuado bajo una identidad falsa.