Gibbs y McGee viajan a Rusia para escoltar a un ingeniero informático del NCIS que tiene conexión con una información clasificada. Pero su misión se ve comprometida y se ven obligados a salirse fuera de la red mientras son perseguidos por un grupo de mercenarios rusos. Mientras tanto, el equipo de D.C. utiliza frenéticamente cada contacto activo e inter-agencia que tienen en un intento de localizar a los miembros desaparecidos.