Cuando un drone robado está vinculado al terrorista escurridizo Parsa, el equipo del NCIS colabora con el Departamento de Defensa, entre ellos la ex-novia de Gibbs, Hollis Mann, para rastrear el dispositivo antes de que sea usado para un ataque a gran escala. Mientras tanto, McGee vacila en pedir tiempo libre para asistir a una gala de etiqueta en honor de su novia.