El último acto terrorista de Harper Dearing provocó una explosión en el cuartel general del NCIS, que dio lugar a una unión entre todas las agencias de seguridad para darle caza. El equipo de Jethro Gibbs, muy tocado física y emocional mente tras el atentado, se enfrenta al reto de encontrarlo. Además, Ducky sufre un paro cardiaco.