¡Caigan las rosas blancas!
Violeta es una joven directora que, luego de su ópera prima, una road-movie lesbofeminista llamada Las hijas del fuego, ahora intenta hacer un film pornoecológico. Fracasa en ese género tan atractivo como improbable y finalmente se escapa del set junto a sus amigas actrices y amantes de siempre. Vuelven a subirse a la van escolar que habían comprado para la primera película. El viaje sin destino pero con muchas paradas, las conducirá a San Pablo y finalmente a una enigmática isla muy cerca. Allí, Elvira, una extravagante mujer de 70 años lidera una comunidad de vampiras de toda etnia y edad que viven en armonía entre la voluptuosa naturaleza.