En la Habana, a principios de siglo y descendiente de una familia de abolengo que pone el honor por encima de cualquier sentimiento, María Elena de Junco –que fue seducida por su novio Alfredo– se horroriza y avergüenza de la reacción de él al comunicarle que va a ser madre; no permite el crimen que el cobarde propone y se enfrenta a su familia.