Todo por culpa del paraíso
Romeo Casamonica (Francesco Nuti) sale de prisión tras cumplir una condena de cinco años por robo a mano armada. Fuera no hay nadie esperando por él, su casa fue demolida, y sus objetos están en un sótano ocupado por jóvenes punks. Ahora su único objetivo es encontrar a su hijo Lorenzo (Marco Vivio) de seis años, prácticamente no lo conoce, es resultado de una breve relación con una mujer extranjera que se ha vuelto a su país dejandolo. A pesar del ostracismo de la directora del instituto (Laura Betti) que supervisó la adopción y su vida con los padres adoptivos, Celeste (Ornella Muti) y Sandro (Roberto Alpes), Romeo descubre que el niño vive en el Valle de Aosta, en el Val d'Ayas. Cuando llega al lugar, puede localizar a la familia adoptiva. El padre adoptivo es un científico que durante años persigue el mito de la cabra blanca montés, ejemplar raro y muy difícil de encontrar...