Tres delincuentes que robaron un banco y asesinaron a un guardia huyen con el botín. Buscando dónde ocultarse encuentran una choza solitaria entre los esteros del Iberá, a orillas del río Paraná, habitada por un anciano trampero, ermitaño y excéntrico. Los fugitivos se apoderan de la choza y deciden ocultarse allí por un tiempo. Los días pasan lentamente y el tedio, el aburrimiento y la falta de mujeres, torna a los prófugos inquietos e irritables. Un atardecer, uno de ellos, Roberto (Luis Alarcón), mientras deambulan por los alrededores, se topa con una bella muchacha, de cabello rubio y piel blanquísima, bañándose desnuda en el río. Cuando él intenta acercarse y entablar conversación, ella se aleja y se pierde en la espesura. ¿Es real o ha sido sólo un espejismo?