Una leyenda de maldiciones y muerte en un desierto austero y seco donde la lluvia no caerá. El relato se centra en las vivencias y la miseria de un indígena que encuentra la muerte al promediar el filme. Los tiempos muertos y la morosidad del relato operan como fundamento estilístico de este indispensable filme nacional que se rodó en Patquía, La Rioja. Su filmación se prolongó durante 5 años debido a la muerte de su protagonista. Luego, la censura militar prohibió que se estrenara en Argentina, aunque participó de numerosos festivales internacionales, incluido el Festval de Cannes. Finalmente vio la luz en Argentina en 1983