Tras la Guerra Civil Rusa, un rojo leal, Shilov, debe demostrar que se siente a gusto entre extraños mientras intenta recuperar un cargamento de oro que se suponía que debía entregar a Moscú. El oro que se le confió a Shilov, necesario para comprar comida para el pueblo, es robado, primero por un grupo de asesinos y luego por un grupo de bandidos. Al rastrear el paradero del oro, se cuestionan los motivos de Shilov y se lo sospecha de traición, en parte porque su hermano era un blanco devoto. En un esfuerzo por limpiar su nombre, Shilov localiza el oro, pero también descubre una codicia y una corrupción desenfrenadas.