Después de purgar 18 años en prisión por asesinar a su padre, Bill Clark (Steve Cochran) sale en libertad para toparse con un mundo externo aún más desorbitado que su habitual entorno carcelario. Primero es defraudado por un reportero, que se le acerca no para ayudarlo sino para escribir un artículo por haber sido, a los 13 años, el asesino más joven del Estado. Más tarde se relaciona con una bailarina (Ruth Roman) que lo lleva a su apartamento, pero al ser sorprendidos por el novio policía de la chica (Hugh Sanders), es golpeado y noqueado por éste. Al despertar, el panorama ha cambiado: la bailarina ha disparado a su novio en defensa propia e intenta hacer creer al protagonista que fue él quien mató al policía. Juntos escapan en un automóvil para cruzar la frontera del Estado. Esta huída será el comienzo de una relación que se irá profundizando entre ambos, legalizándose con un matrimonio y una futura maternidad.