Mario (David Verdaguer), un universitario fracasado que vive con su abuelo, es un cinéfilo enamoradizo que a sus veinte años vive una crisis de identidad y cuenta con un currículum bastante mediocre. Trabaja como repartidor de pizzas y, entre viaje y viaje, llega a conocer a todo tipo de personajes, como Pizzicato y sus entrañables inquilinos.