Las mujeres son cosa de guapos
Ambientada en la década de 1930, Rufino (Alberto Olmedo) y Jacinto (Jorge Porcel) son dos peones rurales que trabajan para el caudillo Ignacio Malatesta (Javier Portales), quien busca llegar al poder a través del fraude. Cuando el enemigo político de Malatesta, Adolfo Gustambide, es asesinado, la novia de éste, Mercedes (Susana Giménez), decide buscar al asesino y cobrar venganza. Para buscar pistas se hace pasar por una prostituta llamada Yvonne, y en el burdel conoce a "La mendocina" (Moria Casán), que trabaja para hacer frente a la crisis económica que vive su padre productor de vino y recuperar un documento que Malatesta tiene sobre esa propiedad. Cuando ellas conocen a Rufino y Jacinto deciden utilizarlos para conseguir información y lograr sus metas.