Irune, una mujer insegura, solitaria y con tendencias hipocondríacas, trabaja en una fábrica de papel situada en las afueras de un pueblo industrial en Álava. Su vida se limita a un reducido círculo de conocidos: sus compañeros de trabajo, una vecina con la que comparte algo parecido a una amistad y un operador de Renfe a quien consulta horarios de trenes que nunca toma. Su frágil equilibrio estallará cuando se detecte un bulto en un pecho, lo que coincidirá con un conflicto laboral en el que se ve implicada. Es entonces cuando su vida toma un giro inesperado, ofreciéndole la oportunidad que, quizás sin saberlo, siempre había estado esperando.