Gracias a la posible venta de la propiedad familiar, dos gemelos que ya son mayores dejan a su madre divorciada y descubren la naturaleza de los vínculos que los une. La proximidad es insoportable, el alejamiento imposible; la violencia invade el trío. Celosos y supersticiosos, los hijos prohíben a su madre vender la casa familiar. Desesperada por la ausencia de libertad, y animada por su amante, la madre deja la propiedad. Durante su ausencia, el careo entre los mellizos estalla.