Alicia quiere grabar el cumpleaños de su padre. Sin querer, la videocámara le capta llorando y, enfadado, rompe la cinta de video. Al destruirla, desaparece de la realidad. Alicia, su hermana y su madre tienen que cooperar reconstruyendo lo grabado para traerle de vuelta, sacando a relucir una herida mayor de su relación.