En los años sesenta, con el apoyo del Gobierno, muchas familias abandonaron las ciudades chinas para establecerse en las zonas más desfavorecidas del país e impulsar el desarrollo de la industria local. Quinhong tiene diecinueve años y vive en la provincia de Guizhou con sus padres y su hermano. Ese lugar la ha visto nacer, es donde viven sus amistades y ahí ha experimentado el amor por primera vez, pero su padre está convencido que el futuro de la familia está en Shanghai. La convivencia es difícil cuando no se comparten los mismos sueños.